Resiliencia en la Tierra: La Historia de Eva y su Diversificación Rural

Treinta Años Sembrando Esperanza

En la comuna de Armenia, una zona rural que resiste con dignidad los cambios del clima y del tiempo, vive Eva junto a su esposo Julio desde hace más de treinta años. Juntos han dedicado su vida a la agricultura, construyendo su hogar y su economía sobre la tierra que les da sustento.

Eva ha cultivado, año tras año, productos tradicionales de ciclo corto como arveja, choclo, amaranto y chocho. Estos cultivos han sido la base de su alimentación y su ingreso familiar. Paralelamente, la ganadería ha complementado su economía con la crianza de vacas, cuyes, gallinas, chanchos y borregos. Esta combinación les ha permitido sostenerse incluso en tiempos difíciles.

Los Retos de una Agricultura Vulnerable

Sin embargo, los últimos años no han sido fáciles. Eva ha notado que mantener los cultivos de ciclo corto se ha vuelto más complejo. El clima, cada vez más impredecible, y la aparición constante de plagas han puesto en riesgo la estabilidad de su producción. “Antes sembrábamos y sabíamos que íbamos a cosechar. Ahora es como lanzar una moneda al aire”, comenta Eva con preocupación.

La inestabilidad del tiempo, con lluvias intensas en épocas inesperadas, ha reducido la seguridad de la cosecha. Estas condiciones han empujado a Eva y Julio a pensar más allá del calendario agrícola tradicional.

Un Giro Estratégico: Apostar por los Frutales

Como respuesta a estos desafíos, Eva ha empezado a transformar su finca con una visión más resiliente: la siembra de árboles frutales. Aunque todavía son pocos, ya cuentan con taxo, claudia, manzana, mora y pera. Estas plantas, de ciclo largo, tienen la ventaja de ser más resistentes a los cambios climáticos. “No nos dan frutos de inmediato, pero cuando lo hacen, duran muchos años”, explica Eva.

Algunas de estas especies pueden vivir entre tres y hasta veinte años, brindando una fuente estable de alimentos e ingresos, incluso en épocas donde los cultivos de ciclo corto fallan. Este cambio no solo representa una estrategia productiva, sino también una apuesta por el futuro.

La Ganadería: Pilar de Estabilidad

A pesar de las lluvias y el cambio climático, hay una constante que se ha mantenido firme: la ganadería. Los animales de Eva —cuyes, gallinas, chanchos y vacas— siguen siendo una fuente estable de ingresos. Su manejo cuidadoso y la diversificación de especies le han permitido contar con productos para el consumo diario y también para la venta.

Eva ha comprendido, con el paso del tiempo, que la clave está en no depender de una sola fuente. Su finca hoy es un reflejo de esa sabiduría: un mosaico de cultivos y animales que se complementan, que se sostienen unos a otros frente a las inclemencias del clima.

Mirando Hacia el Futuro

Eva no se rinde. Su compromiso con la tierra, con su familia y con su comunidad sigue firme. Sueña con ampliar su huerto frutal, mejorar las instalaciones para sus animales y seguir aprendiendo nuevas formas de hacer una agricultura más fuerte, más diversa y más justa.

Su historia es un ejemplo de cómo las mujeres rurales, con ingenio, trabajo y amor por su tierra, construyen soluciones resilientes frente a los desafíos de hoy. En cada planta frutal que crece, en cada huevo recogido, hay una promesa silenciosa de futuro.